El partido del amor



No, no se trata de una reminiscencia hippie llegada de la vecina isla ibicenca, ni de un grupo de monjes tibetanos que tratan de evangelizar a quién pillen, ni siquiera de aquel grupo de adolescentes pijos protagonistas de aquel spot publicitario que "amaba a Laura"... Se trata de supuesta y trasnochada comunicación política surgida desde el pueblo.

Hablamos de Independientes de Llucalcari por el Amor, cuyo acrónimo es ISLA, y que no es sino el nombre elegido para denominar a una nueva formación política que acaban de crear un grupo de ciudadanos de esta zona costera perteneciente al municipio de Deià, en la isla de Mallorca, y que pretende concurrir a los próximos comicios municipales que se celebrarán en el año 2015.

Según sus propios promotores, "ISLA es una organización política basada fundamentalmente en el amor e interesada en el cuidado y respeto a las personas, animales y naturaleza en general. Especialmente por todo lo tradicional y autóctono que nos caracteriza". 

O sea, toda la utopía del mundo reunida en un proyecto político con el que un grupo de iluminados pretende gobernar esta localidad. Totalmente alejados de las connotaciones propias de un partido político al uso, los promotores de esta formación aseguran que "está integrada por ciudadanos que conviven con valores como la humildad, el respeto, el compartir, la tolerancia... Todos ellos basados en el amor incondicional para todo el planeta...", como si la política fuera todo lo contrario.

Y para dejarlo claro, añaden que los fundadores de este nuevo partido son ciudadanos "que consideran conveniente el surgimiento de una corriente de pensamiento y acción dentro del panorama político actual, que tome conciencia de la necesidad de reeducar a todos los seres humanos hacia un mundo más amoroso y respetuoso...". Como sí desde Llucalcari fueran a conseguir lo que no pudieron hacer Ghandi y el Dalai Lama juntos, o sea trasladar al mundo mundial la necesidad de que el amor fluya como la solución definitiva a todos los males que asolan a la humanidad.

Por eso debe ser por lo que los promotores de este partido defienden que "más allá de las legítimas diferencias políticas, hay un problema común de falta de amor, humildad y respeto entre nosotros que afecta a toda la sociedad, no solo a nuestro municipio". 

Pero claro, conscientes de que eso no debe vender demasiado en la sociedad actual, los líderes de esta formación se ha encargado de aclarar que los principios fundamentales de su proyecto pasan por "el amor, la justicia y la libertad para todos los seres que habitan el planeta, incluyendo vegetales, animales y humanos...". O sea, ese toque ecológico que los situaría como partido verde y que supone un claro guiño a esa izquierda que siempre se deja seducir por esas cosas... Para qué no falté de nada...

Los líderes de este nuevo grupo pseudo político intentarán, de esta manera, conseguir dentro de dos años representación municipal en el Ayuntamiento de Deià, en el que el PP es el partido hegemónico desde hace muchos años, y no se les ha ocurrido otra fórmula más original que crear un partido sui generis, se supone que escorado a la izquierda, con el que intentar conseguir sus objetivos a partir de una utopía.

Como estrategia de comunicación política es perfecta... Crean algo loco, que tenga repercusión nacional, que despierte simpatías entre los más jóvenes, entre los desencantados, entre los soñadores y entre todas esas personas que están esperando oportunidades para patear a los políticos tradicionales... y a partir de ahí, consiguen un par de concejales, o los que sean, que enseguida empezaran a funcionar como los que ya hay...

El problema es que desde un punto de vista de eficacia política es poco más que "una patochada"... porque en toda su carta de intenciones, a lo largo de toda su presentación, no hicieron alusión alguna a como van a gestionar las abultadas deudas municipales, ni a como van a financiar tanto amor sobrevenido, ni a de que manera van a mejorar la economía local, teniendo en cuenta que sus intenciones tendrían que pasar seguramente por una merma de turistas en sus playas...

En fin, que estamos ante una expresión torticera de la política mezclada con el uso indebido de algo tan etéreo como el amor... Y así no puede ser.... Ojalá todo fuera tan fácil.